Pasados los tres años de preescolar aparece de nuevo esa ilusión, la misma que cuando lo comenzamos, pero esta vez aparecía por el hecho de ir al "cole de los grandes". Era una mezcla de ilusión y miedo. La ilusión de empezar una nueva etapa en nuestras vidas, y miedo por dejar atrás a amigos que se fuesen al otro colegio o simplemente cayeran en la otra clase. Pero la ilusión de un niño puede con todo. Yo tuve la suerte de caer en la misma clase que mis amigos de preescolar, pero hay otros que no tuvieron tanta suerte. Mi epoca de primaria fue bastante buena, el año que más me marcó posiblemente fue el de cuarto. Nuestra profesora era increíble, no se le puede describir con otra palabra. La verdad es que no se porque me marcó tanto, pero siempre ha sido un punto de referencia para mí, y a día de hoy lo sigue siendo. Después llegó sexto, el último curso de primaria, ese curso en el que los profesores te empiezan a cagar porque el año siguiente vas a empezar el instituto, la etapa más dura de nuestra etapa educativa, supuestamente.
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